Tuesday, September 25, 2007

ORIGENES

¿Quiénes son ustedes?

Algunos nos llaman los hermanos

T. E. Wilson y John Heading
de la serie de libros That the world may know,
publicada por Echoes of Service, Bath, Gran Bretaña

Cualquier observador inteligente de las iglesias principales del cristianismo, no puede dejar de darse cuenta de la gran divergencia entre la enseñanza y práctica de la Iglesia primitiva y lo que se enseña y practica hoy en día. En el transcurso de la historia de la Iglesia el Espíritu Santo ha levantado hombres con

percepción espiritual que han percibido agudamente el deterioro y a quienes Dios ha usado para redescubrir verdades perdidas durante siglos.

En el siglo 16 Martín Lutero quedó atónito ante el abandono de la cristiandad primitiva, y su vigorosa protesta condujo a la Reforma. Él recuperó la gran verdad de la justificación por fe en tan sólo la muerte vicaria de Cristo. Los avivamientos evangélicos del siglo 18 bajo los hermanos Wesley y George Whitefield fueron, sin duda alguna, una obra del Espíritu Santo, pero ambos movimientos fallaron en no sacar a la luz mucha verdad clave que estaba enterrada bajo los ritos y la tradición.

En el siglo 19 el Espíritu Santo obró de nuevo. Sucedió paralelamente en diversas partes del mundo, distantes entre sí e independientes la una de la otra. Varios varones de Dios, muchos de ellos eruditos y teólogos, fueron levantados para promover verdades espirituales que habían quedado desconocidas y desatendidas por siglos. La mayoría eran varones jóvenes poseídos de un afán vivo por volver a la Biblia y practicar lo que habían descubierto.

Conviene delinear aquí cuáles son estos principios. Por cuanto toda asamblea es autónoma y no tiene ningún credo salvo la Biblia, puede haber muy ligeras diferencias de interpretación en ciertas áreas, pero el cuadro amplio es como sigue.

En primer lugar los hermanos se ciñen tenazmente a las históricas doctrinas fundamentales de la cristiandad

: la Santa Trinidad del Padre, Hijo y Espíritu Santo, coiguales y coeternos; la deidad esencial del Señor Jesucristo y su auténtica humanidad impecable; su muerte vicaria en la cruz por el pecado; su resurrección corporal y su ascensión; su obra cual Sumo Sacerdote y su regreso para reinar durante mil años literales. Creen en el cielo para los renacidos y el castigo eterno para quienes rechazan a Cristo. Respetan sin reserva alguna la inspiración plena y absoluta fiabilidad de las Sagradas Escrituras en los escritos originales.

Pero procuran enfatizar y practicar una serie de doctrinas que creen que fueron olvidadas o corrompidas:

1. La Iglesia del Nuevo Testamento se llama el cuerpo de Cristo y tiene una sola Cabeza, el Señor Jesucristo. Todo creyente renacido es un miembro de aquel cuerpo, el cual tuvo su inicio en Pentecostés y será consumado en el arrebatamiento.

2. La iglesia local se compone de creyentes renacidos que se congregan en el nombre del Señor Jesús, desconociendo cualquier título denominacional, ya que esto la ubicaría en terreno sectario y sería una negación de la verdad del cuerpo único. La iglesia de una determinada localidad es autónoma, responsable a la Cabeza que es el Señor Jesucristo, quien ha prometido en Mateo 18.20 estar en medio. Hay una buena comunión con otras iglesias locales, o asambleas, pero no hay ninguna confederación.

3. La iglesia local está gobernada por una pluralidad de ancianos con autoridad delegada de la Cabeza exaltada. El Nuevo Testamento no reconoce un esquema clérigo ni de ministerio de un solo hombre. El Espíritu Santo forma a los ancianos; Hechos 20.28. Estos no se autoproclaman sino son reconocidos por la iglesia local como idóneos para esta obra, si es que se ocupan en ella; 1 Tesalonicenses 5.12,13.

4. El sacerdocio de todo creyente; a saber, que cada uno es un sacerdote santo para la adoración y un sacerdote real para el testimonio; 1 Pedro 2.5,9. Esta Escritura excluye la idea de cleros y laicos. Hay una maravillosa libertad para la adoración y el ministerio guiados por el Espíritu Santo.

5. El papel desempeñado por las mujeres contempla su silencio en la iglesia local en lo que se refiere a la enseñanza pública; 1 Corintios 14.34, 1 Timoteo 2.11 al 15. Su sujeción en este sentido se evidencia por guardar la cabeza cubierta, 1 Corintios 11.1 al 16. Con todo, su esfera de servicio es sumamente amplia, tanto en el hogar como entre otras de su propio sexo; Tito 2.4.

6. El bautismo es por inmersión y para creyentes solamente, basado en una confesión de fe.

7. La cena del Señor es de importancia primordial, a ser observada cada primer día de la semana. Nunca hay un coordinador ni ancianos encargados: estos reconocen el señorío de Cristo y la soberanía del Espíritu Santo para guiar en la adoración y la exposición de la Palabra.

8. Las Sagradas Escrituras requieren una interpretación dispensacional. Es esencial distinguir entre el llamamiento terrenal de Israel y las promesas para esa nación en el Antiguo Testamento, y por otro lado el llamamiento celestial de la Iglesia en el Nuevo Testamento.

9. La gran mayoría de estos creyentes en Cristo cree y enseña que el Señor Jesucristo arrebatará la Iglesia antes de la tribulación por el Anticristo y del reino milenario de Cristo en la tierra, respectivamente.

10. Las asambleas de estos hermanos siempre se han caracterizado por una evangelización proactiva en el vecindario e internacionalmente. Se ha dicho que, en relación a su número, estas cuentan con más misioneros en los diversos continentes del mundo que cualquier otro grupo evangélico. Éstos entran en el servicio evangelístico a tiempo completo sin ninguna remuneración convenida, contando solamente con Dios para suplir sus necesidades y sus medios.

EFESIOS 2:8...Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras, para que nadie se gloríe. 10Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.


Posiblemente estos principios parezcan idealistas e imprácticos en este mundo moderno, pero el caso es que miles de los siervos de Dios en los últimos ciento setenta años han demostrado en la práctica que la obra de Dios llevada a cabo en la manera que Dios manda puede contar con la bendición de Dios.

El evangelio de la gracia de Dios se manifiesta en la vida de los hijos suyos y es divulgado por todos los cristianos, cualquiera que sea su vínculo con movimientos evangélicos o no evangélicos. Cuando el cristiano goza de la experiencia feliz de ser un instrumento en la mano de Dios para conducir un alma perdida a Cristo, entonces por regla general este nuevo convertido será guiado a la misma agrupación religiosa que la del evangelista. El tal no sabrá que hay diversidad de iglesias, estilos de reunión, interpretaciones de doctrinas y de prácticas, ya que la fe cristiana está repleta de diferencias que bien ayudan o bien estorban en el desarrollo de un convertido a esta fe.

En la redondez del globo se encuentra un gran número de congregaciones que se rigen por las convicciones reseñadas arriba. Sus locales, iglesias evangélicas, capillas, centros bíblicos —llámenlos lo que quiera en su gran variedad— son de estilo tradicional o moderno, están en grandes ciudades y en pueblitos, en países industrializados y en el Tercer Mundo, en ambientes académicos y en desiertos. Puede que su membresía sea numerosa o reducida, pero son congregaciones independientes la una de la otra y a la vez dependientes todas de la dirección divina procedente del Espíritu Santo. Ellas actúan en armonía entre sí prosiguiendo los mismos fines, teniendo las mismas aspiraciones y deseando cada cual honrar al Señor conforme a las Sagradas Escrituras.

MARANATA



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